Las asistentes especiales de Odín, las valkirias o mujeres guerreras, eran o bien sus hijas, como es el caso de Brunnhild (Brunhilde o Brunilda), o descendientes de reyes mortales, mujeres que tenían el privilegio de permanecer inmortales e invulnerables mientras obedecieran implícitamente a los dioses y permanecieran vírgenes. Vivían en el palacio de Odín y su papel en él era tanto el de guardianas como el de servidoras de los manjares y licores para Odin y sus invitados.
En el campo de batalla se mezclaban con los combatientes, para ayudar en la batalla, pero también para decir quienes tenían que morir.
Eran invisibles salvo para aquellos héroes destinados a morir, y a los que después ellas mismas acompañaban al Valhalla.
Estas doncellas eran representadas como jóvenes y bellas, con brazos resplandecientemente blancos y cabellos dorados y sueltos. Vestían cascos de plata o de oro y corseletes rojos como la sangre y, portando lanzas y escudos resplandecientes, cargaban audazmente a través del fragor de la batalla sobre sus briosos corceles blancos. Estos caballos galopaban a través de los dominios del aire y sobre el palpitante Bifröst, llevando no sólo a sus hermosas jinetes, sino también a los héroes caídos que, tras haber recibido el beso de la muerte de las valkirias, eran transportados inmediatamente al Valhalla.
En el campo de batalla se mezclaban con los combatientes, para ayudar en la batalla, pero también para decir quienes tenían que morir.
Eran invisibles salvo para aquellos héroes destinados a morir, y a los que después ellas mismas acompañaban al Valhalla.
Estas doncellas eran representadas como jóvenes y bellas, con brazos resplandecientemente blancos y cabellos dorados y sueltos. Vestían cascos de plata o de oro y corseletes rojos como la sangre y, portando lanzas y escudos resplandecientes, cargaban audazmente a través del fragor de la batalla sobre sus briosos corceles blancos. Estos caballos galopaban a través de los dominios del aire y sobre el palpitante Bifröst, llevando no sólo a sus hermosas jinetes, sino también a los héroes caídos que, tras haber recibido el beso de la muerte de las valkirias, eran transportados inmediatamente al Valhalla.
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